Globalicemos la solidaridad    

    Publicado en No. 336 

 
 
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Fotos: Philippe d´Hennezel / Un recorrido por Cuba 
 

UN REGRESO SIEMPRE ESPERADO 
 

El respeto, la admiración y el amor a la Revolución Cubana identifican a estas tres mujeres que aunque lejanas en distancia porque residen en Lyon, Francia son cercanas en sentimientos solidarios hacia nuestra Patria. 

Ellas son Christiane Ray, Briggite d´Hennezel y Carmen Fuentes, todas de la tercera edad, amigas de nuestro pueblo que quisieron vivir la experiencia de participar en las festividades por el Primero de Mayo en la capital cubana. 

Llegaron a nuestro país para ver la realidad de un proceso revolucionario que conocían a través de los libros, los medios de difusión masiva y de algunas amistades comunes. 

De la fiesta de los trabajadores cubanos dijeron a una voz: extraordinaria, por su colorido, entusiasmo, alegría por la demostración de que en Cuba existe el pleno empleo, independientemente de carencias materiales por el bloqueo impuesto por el imperialismo norteamericano desde hace más de cuatro décadas. 

La primera en hablar fue Christiane Ray, jubilada y ex profesora de francés. Militaba en una asociación “El Planning Familial”, con más de 50 años de creación. 

Ella luchó en los movimientos por el derecho al reconocimiento del aborto y a la contracepción cuando era muy joven. 

Vino a Cuba un poco por curiosidad, ya que algunas personas le habían hablado acerca de cómo era la vida aquí. La primera en venir fue su hija. Después leyó  varios artículos en Le Monde diplomatique, los cuales la ilustraron sobre el proceso revolucionario cubano y que todo lo que se decía de Cuba no es como lo representa la propaganda contrarrevolucionaria. 

Manifestó que la propaganda imperialista no se da cuenta que a 500 mil personas no se le puede obligar que asista a una manifestación como la del Primero de Mayo. Notó a hombres, mujeres, niños y ancianos que desfilaban muy espontáneamente e inclusive mostraban pancartas rústicas, diferentes que eran expresión de originalidad. 

Cuando hay un régimen autoritario, las personas no pueden manifestarse de manera espontánea, agregó.  

Brigitte d´Hennezel, fue maestra y luego bibliotecaria. Ahora aunque es jubilada representa a una Asociación de Inquilinos de viviendas sociales en Villemebanne. Su esposo, Philippe d´Hennezel, realizador de video la acompañó a Cuba y no perdió tiempo, filmó cada lugar visitado. 

Explicó que se lleva la experiencia de conocer a Cuba desde el interior y por eso vino con Carmen para quien la Isla es su segunda Patria. 

Brigitte durante mucho tiempo militó en movimientos de extrema izquierda y organizaciones feministas y está muy impresionada con la política norteamericana hacia nuestra nación.  

Subrayó que se lleva una impresión muy agradable de las personas de esta tierra que no obstante a las agresiones de un imperio poderoso resiste un bloqueo que los agota y agobia. Expresó que con lo que ha visto en Cuba escribirá un diario y enviará trabajos a Le Monde diplomatique y a otros órganos de prensa para que se sepa la verdad.  

Carmen Fuentes de 59 años, imparte clases de español en la Universidad de Lyon, aunque está jubilada. Tiene un afecto particular por Cuba por diferentes motivos: primero porque es hija de un refugiado político español que vivió en el exilio y admiró a Cuba aunque no era comunista. Siempre sintió respeto hacia este país por el coraje y el valor con que se enfrenta al imperialismo norteamericano.  

Ella siente a Cuba muy cerca. Su hija está casada con un cubano desde hace algunos años y vivió en nuestra Patria.  

“Aprendimos a compartir con la familia de mi yerno, a entender un poco más la vida cotidiana en Cuba y por ello siento un respeto particular por ustedes, porque tengo un sentimiento muy bonito hacia las gentes que conozco. 

“Sé que la vida no es fácil, pero cuando se empieza a conocer al pueblo desde adentro y se estrechan lazos de amistad, experimentas un amor muy profundo. 

“He venido algunas veces, pero aunque existe la distancia y en ocasiones pasan meses sin comunicación, cuando vuelves todo continúa igual como si a las amistades las hubieras visto el día antes”.